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Mentalidad racionalista.


"Suponer que nuestra existencia discurre en un terreno perfectamente llano y consiste ante todo en buscar las vías que mejor nos aproximen a unas metas que han quedado ya clarificadas de una vez por todas es algo propio de una mentalidad racionalista a ultranza. Por contra, reconocer que la vida se desenvuelve en un terreno montañoso, en el que no todos los parajes quedan abarcados al primer golpe de vista, y en el que –al caminar por las fragosidades de ese paisaje irregular y accidentado- es posible efectuar descubrimientos, significa comenzar a zafarnos de esa concepción racionalista de las cosas y empezar a admitir que el curso de los acontecimientos futuros puede sorprendernos, y que no todas las sorpresas tienen por qué ser desagradables."

Juan Antonio Rivera.
Lo que Sócrates diría a Woody Allen.

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Ocúpate de tus cosas.

Tecum habita et Noris, Quam sit tibi curta supellex. Persio.  (Nota del traductor: Ocúpate de tus cosas y verás cuán reducidos son tus recursos; también: Habita en tu propia casa y descubrirás la sencillez de tus posesiones). Immanuel Kant Prólogo. Crítica de la razón Pura.

La ética meritocrática.

       Un principio central de la ética meritocrática es la idea de que no merecemos que se nos recompense -ni que se nos postergue- por factores que estén fuera de nuestro control. Pero ¿de verdad poseer (o carecer de) ciertas aptitudes es un logro nuestro? Si no lo es, cuesta ver por qué quienes ascienden gracias a su talento merecen mayor premio que quienes bien pueden ser personas igual de esforzadas, pero menos dotadas de los dones previos que una sociedad de mercado casualmente valora más.     Quienes ensalzan el ideal meritocrático y lo convierten en el centro de su proyecto político pasan por alto esta cuestión moral, pero también ignoran algo más poderoso desde el punto de vista político: las actitudes muy poco atractivas (desde la perspectiva moral) que la ética meritocrática fomenta, tanto entre los ganadores como entre los perdedores. Entre los primeros promueve la soberbia; entre los segundos la humillación y el resentimiento.     (.....

Belleza.

  "Salgan en ese momento. No solo al exterior, sino también más allá de la trampa de la era electrónica que tan esmeradamente encierra a muchos. [...] Salgan, muévanse despacio y relájense, serénense, miren a su alrededor. No troten. No corran. [...] Presten atención a todo lo que rodea al camino rural, la calle urbana, el bulevar suburbano. Caminen. Paseen. Vaguen por doquier. Monten en bicicleta y recorran la costa durante un buen trecho. Exploren." John Stilgoe. Hay paz en ello. No permitas que la belleza de la vida se te escape. [...] Aun cuando nos enfrentemos a la muerte en guerras sin sentido, aun cuando nos matemos a nosotros mismos en un trabajo sin sentido, podemos detenernos y sumergirnos en la belleza que nos rodea, siempre. La quietud es la clave. Ryan Holiday